Síndrome
de Pallister-Killian
El síndrome de Pallister- Killian es una enfermedad genética rara
en humanos. Tiene lugar debido a la anómala presencia extra de isocromosoma
12p, el brazo corto del cromosoma 12. Esto desemboca en el desarrollo de una
tetrasomía 12p. En tanto que no todas
las células tienen el isocromosoma extra, el síndrome de Pallister Killian e
presenta en forma de mosaico.
Fue descrito por primera vez por Philip Pallister en 1977 e
investigado más tarde por María Teschler-Nicola y W. Killian
A nivel clínico, esta patología se define por la
discapacidad intelectual, el retraso psicomotor, la hipotonía muscular, un
fenotipo facial atípico, anomalías pigmentarias en la piel y alopecia
(Toledo-Bravo de la Laguna, Campo-Casanelles, Santana-Rogríguez,
Santana-Artiles, Sebastían-Garcñua, Cabrera-López, 2014).
Además, también pueden aparecer otro tipo de
complicaciones médicas relacionadas con malformaciones en diferentes sistemas
del organismo o episodios convulsivos (Toledo-Bravo de la Laguna et al., 2014).
El origen etiológico de esta enfermedad está asociado
a una alteración genética distribuida en mosaico. Concretamente, se debe
a la presencia de un cromosoma 12 extra en algunas células del organismo (Understanding
Chromosome Disorders, 2016).
El diagnóstico del síndrome de Pallister-Killiam puede
efectuarse tanto en la etapa prenatal como en la posnatal. El objetivo
fundamental es la identificación de las características clínicas y el empleo de
un estudio genético de confirmación (Méndez, Rodríguez, Boluarte, Cartolín,
Valdéz y Matheus, 2013).
Este síndrome presenta un alto índice de mortalidad
(Ramírez Ferández, García Cavazos, Sánchez Martínez, 2007). Sin embargo, el
abordaje médico farmacológico y el tratamiento rehabilitador pueden reportar
importantes beneficios en la calidad de
vida y el estatus clínico de los afectados (Méndez et al., 2013).
Características del síndrome de Pallister-Killiam
El síndrome de Pallister-Killiam (SPK) es un tipo de
enfermedad genética en mosaico. En este caso, la alteración cromosómica solo
afecta a algunas células del organismo.
Algunas instituciones, como la Genectis Home Reference
(2016) clasifican esta patología dentro de los llamados trastornos del
desarrollo.
A nivel general, los trastornos del desarrollo o
developmental disorders en su término internacional, suelen hacer referencia a
un conjunto amplio de alteraciones y anomalías físicas y cognitivas. Todas
éstas resultan en una desviación o retraso significativo del desarrollo con
respecto a los patrones normales o esperados (National Institute of
Neurological disorders ans Stroke, 2015).
En síndrome de Pallister-Killiam se identifica una
afectación amplia de diferentes sistemas y organismos corporales (Genectis Home
Reference, 2016)
Se caracteriza fundamentalmente por la discapacidad
intelectual, la hipotonía
muscular, el desarrollo de rasgos faciales distintivos,
alteración de la pigmentación cutánea o del crecimiento del pelo, entre otras
alteraciones congénitas (Genectis Home Reference, 2016).
Además, el síndrome de Pallister-Kiliam es una
enfermedad de origen congénito poco frecuente (Turleau, 2009) que puede recibir
un amplio número de denominaciones en la literatura médica (National
Organization for Rare Disorders, 2016):
·
Síndrome mosaico de
Pallister-Killiam.
·
Síndrome isocromosoma 12p.
·
Síndrome de Killiam.
·
Síndrome de Nicola-Teschler
·
Síndrome mosaico de Pallister.
·
Tetrasomía 12p.
·
Síndrome Killiam-Tescheler-Nicola.
Esta enfermedad fue descrita inicialmente por
Pallister en el año 1977 (Toledo-Bravo de la Laguna et al., 2014).
En las primeras publicaciones, éste señalaba dos casos
de pacientes adultos cuyo curso se caracterizaba por diversos hallazgos: crisis
convulsivas, hipotonía muscular, déficit intelectual,
malformaciones músculo-esqueléticas y orgánicas, configuración facial tosca y
alteraciones en la coloración de la piel (Méndez et al., 2013).
De forma paralela, Teschler-Nicola y Killiam en el
1981 describían este mismo cuadro clínico en una niña de tres años de edad
(Méndez et al., 2013).
Por lo tanto, en los primeros reportes clínicos se
hacía referencia de forma generalizada a una condición médica caracterizada por
la combinación de crisis convulsivas, discapacidad intelectual y un fenotipo
físico característico (Toledo-Bravo de la Laguna et al., 2014).
Además, ya en 1985 Gilgenkratz consiguió identificar
en primer caso durante la fase de gestación, algo frecuente en la actualidad
gracias a las modernas técnicas diagnósticas (Méndez et al., 2013).
Estadísticas
Las cifras de prevalencia del síndrome de
Pallister-Killiam no se conocen con precisión. No se han efectuado muchos
diagnósticos definitivos y la mayor parte de estos no han sido publicados en la
literatura médica (Understanding Chromosome Disorders, 2016).
Así, todos los autores e instituciones definen éste
síndrome como una patología genética rara o poco frecuente en la población
general (EuRed, 2016).
Hace unos 15 años, el síndrome de Pallister-Killiam
había sido identificado en apenas unos 100 casos en todo el mundo. Actualmente,
esta cifra ha superado los 200 afectados (Understanding Chromosome Disorders,
2016).
Las investigaciones epidemiológicas han estimado la
incidencia de esta enfermedad en unos 5,1 casos por cada millón de niños recién
nacidos (Understanding Chromosome Disorders, 2016), aunque autores como
Toledo-Bravo de la Laguna y colaboradores (2014) la sitúan en 1/25.000.
No se ha identificado una prevalencia más elevada
asociada a las características sociodemográficas de los afectados. El síndrome
de Pallister-Killian pude aparecer en cualquier sexo o grupo técnico y/o
racial.
Patogenia
El síndrome de Pallister-killian no parece ser
hereditario. Algunas investigaciones surgieron que la presencia de material
cromosómico extra puede estar relacionada con errores en la disyunción
meiótica, tanto paternos como maternos. Se han formulado diversas teorías sobre
el mecanismo de esta formación.
Signos y Síntomas
En el curso clínico del síndrome de Pallister-Killian
puede identificarse una amplia variedad de signos y síntomas. Todos ellos
asociados a las anomalías cráneo-faciales y/o músculo esquelético y
alteraciones cognitivas.
Configuración
facial
El desarrollo de malformaciones cráneo-faciales desde
la fase de gestación hasta el crecimiento posnatal e infantil, constituye uno
de los signos médicos más característicos del síndrome de Pallister-Killiam.
Los signos y síntomas más habituales incluyen
anomalías en las diferentes estructuras craneales y faciales que darán lugar a
una apariencia tosca y atípica (Toledo-Bravo de la Laguna et al., 2014;
Understanding Chromosome Disorders, 2016):
·
Braquicefalia: este término hace referencia a una
configuración craneal que resulta en un aumento de la anchura de la cabeza y en
un aplanamiento de las áreas occipitales y posteriores.
·
Configuración craneal frontal: las áreas anteriores y frontales
de la cabeza tienen a desarrollarse más de lo habitual. Puede observarse una
frente prominente o abultada.
·
Configuración craneal posterior: el área más posterior de la cabeza
suene presentar un estado subdesarrollado. Puede observarse un occipucio
plano.
·
Hipertelorismo: los ojos tienen a situarse a una
distancia mayor de lo habitual. A nivel visual, los ojos se presentan muy
separados.
·
Configuración nasal: la nariz suele presentar un
volumen amplio, con una raíz o puente ancho. Las fosas nasales tienen a orientarse
hacia el frente (narinas antevertidas).
·
Configuración bucal y maxilar: las estructuras bucales tienen a
presentar un tamaño anormal. La mandíbula es más pequeña de lo habitual
(micrognatia). El labio superior adquiere una apariencia fina y reducida,
mientras que el inferior es grueso. La lengua es más grande de lo
esperado y el surco nasolabial largo.
·
Pabellones auditivos: las orejas presentan una posición
baja y rotada hacia atrás.
·
Alopecia: el
crecimiento del pelo es anormal en diversas áreas. Lo más común es observar
pequeñas zonas de calvicie en las cejas, las pestañas o la cabeza.
·
Manchas acrómicas e hipercómicas: es posible identificar el
desarrollo de pequeñas manchas en áreas faciales. Se caracterizan por la
pérdida de color o por la apariencia oscura.
Malformaciones
músculo-esqueléticas
A pesar de ser menos significativas que las
alteraciones faciales, es muy común observar varias anomalías
músculo-esqueléticas en los pacientes afectados por el síndrome de Pallister
(Understanding Chromosome Disorders, 2016):
·
Cuello: la distancia entre la cabeza y el
tronco corporal suele ser reducida. A nivel visual podemos observar un cuello
corto o más pequeño de lo habitual.
·
Columna vertebral: aunque no es muy frecuente
identificar alteraciones espinales, es posible que aparezca espina bífida,
apéndice sacral, escoliosis o cifosis.
·
Extremidades: los brazos y las piernas también
presentan un crecimiento anómalo, siendo más pequeñas de lo esperado para el
sexo y edad biológica de la persona afectada.
·
Polidactilia: también pueden aparecer
alteraciones relacionadas con el número de dedos de pies y manos. Lo más común
es observar más dedos en las manos
Hipotonía
muscular y retraso Psicomotor
Las anomalías relacionadas con la estructura muscular
y la movilidad constituyen otro de los rasgos clínicos cardinales del síndrome
de Pallister-Killian (Understanding Chromosome Disorders, 2016):
La hipotonía muscular hacer referencia a la
identificación de un tono o tensión muscular anormalmente reducido. A
nivel visual puede observarse flacidez y labilidad en diferentes grupos
musculares, especialmente acentuado en las extremidades.
Así, la patología muscular y esquelética va a
ocasionar un retraso importante en la adquisición de las diferentes habilidades
motoras, tanto en el período neonatal como infantil.
Aunque los períodos de desarrollo son variables entre
los afectados, el calendario más habitual incluye los siguientes hitos:
·
Sedestación:
la capacidad de adquirir posturas de forma independiente, sentarse o dar
vueltas con su propio cuerpo puede comenzar a desarrollarse desde los 3 meses.
Sin embargo, en las personas afectadas por este síndrome puede retrasarse hasta
los 8 años de edad.
·
Primeros pasos:
lo habitual es que los niños comiencen a dar sus primeros pasos entorno a los
12 meses, sin embargo, en esta patología este hito evolutivo puede retrasarse
hasta los 9 años. Además, en muchos casos son fundamentales algunos métodos
compensatorios como las férulas o el calzado especializado.
Alteraciones
neurológicas
Otra de las áreas fuertemente afectadas es el sistema
nervioso. En la mayoría de los casos, los
signos y síntomas están relacionados fundamentalmente con las crisis
convulsivas y la discapacidad intelectual (Toledo-Bravo de la Laguna et al.,
2014; Understanding Chromosome Disorders, 2016):
·
Crisis convulsivas: la presencia y desarrollo de una
actividad eléctrica neuronal inusual, alterada y desorganizada puede dar lugar
a la presencia de eventos recurrentes definidos por espasmos musculares,
agitación motora o ausencia de consciencia. La estructura cerebral se ve
gravemente perjudicada, dando lugar a un deterioro cognitivo y tisular
importante.
·
Discapacidad intelectual: aunque el nivel de afectación
cognitiva es variable, en la buena parte de los casos se identifica un cociente
intelectual bajo o borderline. Las áreas más afectadas son la psicomotora y la
lingüística, cumpliendo alguno de los afectados los criterios clínicos de
trastorno del espectro autista.
·
Retraso generalizado del
desarrollo: el
ritmo de aprendizaje de las diferentes habilidades cotidianas y académicas
suele ser lento en buena parte de los afectados. Normalmente se requieren
adaptaciones y apoyo escolar especializado.
Otras
anomalías
Aunque son menos frecuentes, también pueden aparecer
otro tipo de complicaciones médicas (National Organization for Rare Disorders,
2016; (Toledo-Bravo de la Laguna et al., 2014):
·
Anomalías y malformaciones
cardiacas, gastrointestinales, renales y genitales.
·
Estenosis auditiva.
·
Hipoplasia pulmonar.
·
Estrabismo y cataratas.
·
Reducción de la agudeza visual y
auditiva.
Causas
El origen del síndrome de Pallister-Killian está
asociado a una anomalía genética en mosaico en el cromosoma 12. Solo afecta al
material genético de algunas células del organismo (Inage et al., 2010).
Los cromosomas forman parte del núcleo de todas las
células que se encuentran en el cuerpo humano. Están formados de una
amplia variedad de componentes bioquímicos y contienen la información genética
de cada individuo (National Organization for Rare Disorders, 2016).
Los seres humanos tenemos 46 cromosomas diferentes,
organizados por pares y numerados del 1 al 23. Además, a nivel
individual, cada cromosoma tiene un área o brazo corto denominado “p” y otro
largo denominado “q” (National Organization for Rare Disorders, 2016).
La anomalía afecta al cromosoma 12 y da lugar a la
presencia un cromosoma con una estructura anormal, denominado isocromosoma
(Genetics Home Reference, 2016).
Así, éste cromosoma tiende a presentar dos brazos
cortos en lugar de uno de cada configuración p (corto) y largo (q) (Genetics
Home Reference, 2016).
Como consecuencia, la presencia del material genético
extra y/o anómalo va a alterar el curso normal y eficiente del desarrollo
físico y cognitivo de la persona afectada, dando lugar a las características
clínicas del síndrome de Pallister-Killian (Genetics Home Reference, 2016).
Diagnóstico
El síndrome de Pallister-Killian puede ser
identificado durante la gestación o en la etapa posnatal, en base a las
características clínicas y los resultados de diferentes pruebas de laboratorio
(Turleau, 2009).
Durante la gestación, las pruebas más empleadas son
las ecografías por ultrasonido, la amniocentesis o el muestreo de
vellosidades coriónicas (Turleau, 2009).
En este sentido, el análisis del material genético del
embrión puede ofrecernos una confirmación de esta patología, a través de la
identificación de anomalías compatibles (Turleau, 2009).
Por otro lado, si el diagnóstico se efectúa después
del nacimiento, es fundamental (Understanding Chromosome Disorders, 2016):
·
Biopsia cutánea.
·
Análisis sanguíneo.
·
Estudio de los linfocitos
sanguíneos.
·
Hibridación fluorescente in situ.
·
Hibridación genómica comparativa.
Tratamiento
No se han diseñado terapias específicas para el
tratamiento de las personas con síndrome de Pallister-Killian (National
Organization for Rare Disorders, 2016).
El síndrome de Pallister-Killian suele asociarse a un
pronóstico neurológico probre y a altos índices de mortalidad (Ramírez
Ferández, García Cavazos, Sánchez Martínez, 2007).
Sin embargo, el tratamiento rehabilitador, la
educación especial y la terapia
ocupacional pueden ofrecer un buen pronóstico funcional y un incremento
de la calidad de vida de los afectados.
Por ejemplo, Méndez y su equipo de trabajo (2013)
describen un caso de tratamiento rehabilitador caracterizado por:
·
Mejoras en las habilidades
psicomotoras: control de la cabeza, sedestación independiente y bipedestación.
·
Mejora del nivel de alerta,
atención, regulación conductual.
·
Mejora de las habilidades motoras
finas, como la presión manual.
·
Emisión de sonidos y sonrisa
contextual.
·
Seguimiento visual, fijación y
discriminación de estímulos auditivos.
Referencias
1.
Ecured. (2016). Síndrome de
Pallister-Killian. Obtenido de Ecured.
2.
Genetics Home Reference. (2016).
Pallister-Killian mosaic syndrome. Obtenido de Genetics Home Reference.
3.
Inage et al. (2010). Phenotypic
overlapping of trisomy 12p and PallistereKillian syndrome. European Journal of
Medical Genetics, 159-161.
4.
Méndez, M., Rodríguez, M.,
Boularte, A., Cartolín, R., Valdéz, G., & Matheus, F. (2013). Síndrome de
Killian-Pallister. Reporte de un caso en terapia de rehabilitación
interdisciplinaria. Rev Med Hered.
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